Conocer una tierra es conocer sus vinos. Y para conocer sus vinos, lo mejor es probarlos. Los prejuicios, afortunadamente, cada vez son menos y, las guías y ciertos gurús del vino ponen en el mapa el trabajo de muchos. Pero el consumidor final aún hay que trabajarlo.
Es cierto que todos sabemos, que hoy en día se elaboran buenos vinos en cualquier rinconcito del mapa. Después de mucho tiempo, hemos aprendido y, hay vinos excelentes y menos buenos también en cualquier sitio. Existen vinos, que por tener el sello de una Denominación de Origen son elegidos por el consumidor. Los motivos pueden ser muchos. Porque les gusta la variedad representativa. Porque les gusta el estilo de vino. Pero también porque “ha oído” tantas veces eso de que “los vinos de allí nunca fallan”.
Aceptar o declinar un vino por su procedencia hoy en día es complicado o cuando menos inconsciente. “¿De dónde has dicho que es este vino? ¡Pero si allí no tienen ni idea de hacer vino!” estas frases lapidarias se siguen escuchando, lamentablemente.
Apasionante y duro trabajo
En Ribera del Guadiana, seguimos luchando día a día para dar a conocer el fruto de la tierra y del trabajo de las bodegas que, generación tras generación y a pesar del enorme esfuerzo, continúan haciendo buenos vinos. Fue a partir de la década de los años 80 cuando productores y bodegueros se unen para tirar todos juntos del mismo carro.
La enorme riqueza de las subzonas de la Ribera del Guadiana hace que los vinos de cada una de ellas tengan particularidades únicas que pueden apreciarse independientemente de las diferentes variedades. Tierras micénicas de arcillas, calizas, granitos o arena y pizarra imprimen en los vinos de la Ribera del Guadiana rasgos que, junto con la influencia mediterránea y atlántica y las variables climáticas son el estandarte de la Denominación de Origen.
Muchas de las variedades foráneas aceptadas por el Consejo Regulador se han adaptado perfectamente y, algunas de las desconocidas autóctonas están siendo objeto de trabajo de los bodegueros. Será este trabajo el que probablemente vincule los vinos de Extremadura a unas variedades en concreto al igual que ocurre en otras regiones de nuestra geografía.
Si a esto añadimos que la relación calidad precio de los vinos de la Ribera del Guadiana es fantástica, tenemos ante nosotros un muy buen número de vinos para descubrir.
Una apuesta a seguro
La enorme diversidad de la gastronomía extremeña está haciendo posible gracias a la apuesta de los restauradores que nuestros vinos se den a conocer en cartas y tiendas especializadas cada vez más.